miércoles, 11 de abril de 2018

LO QUE BIEN ESTÁ BIEN PARECE

Años atrás, lo más parecido al talón de Aquiles en los restauradores, se situaba en la documentación que generaba la intervención de las obras artísticas. En ocasiones nos encontramos con obras restauradas no más de diez años atrás de las que no existe ni una sola letra escrita sobre los tratamientos que se les realizaron, los productos empleados ni documentación fotográfica que nos transmita el estado de conservación previo a dichas intervenciones. 

Esta falta de información es un quebradero de cabeza de cara a futuras actuaciones sobre esas piezas, a la vez que dejan sin información relevante a los historiadores del arte. No sería de extrañar que en algunos casos, la falta de información sirviera para ocultar una mala praxis durante los tratamientos realizados. 


Toda obra restaurada por mí,  lleva ineludiblemente consigo un informe técnico de restauración en el que además de una ficha técnica y una descripción de la obra se incluye un estado de conservación completo, los tratamientos aplicados, los materiales empleados y unas  recomendaciones básicas de conservación.


Además, me parece necesario y fundamental que en el caso de obras expuestas al público se pueda realizar una labor de difusión e informativa que exponga de forma clara el trabajo del restaurador a todos aquellos que contemplan la obra recién restaurada. Por ello, junto con el informe técnico, siempre incluyo un cartel tamaño DIN A1 o superior con el que explico paso a paso la restauración, apoyándome en material fotográfico. Nuestra profesión no es hermética y debe estar abierta a los demás, consiguiendo así fomentar la cultura y el respeto por el patrimonio cultural.


Leon-restauracion-Luis-Miguel-arte-informe

Ejemplo de informe y cartel informativo realizado tras la restauración de una obra de la Iglesia de la Asunción, en Fuentesnuevas (León).

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