En pleno Camino de Santiago, en la localidad de Fuentesnuevas (León) se halla la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En su capilla norte se encuentra un conjunto pictórico muy interesante fechado en 1742 y que se desarrolla sobre toda la superficie de la bóveda y las pechinas.
Se trata de una pintura mural al seco en la que se representa la Última Cena, con dos técnicas bien diferenciadas: óleo sobre enlucido de cal para la escena de la Última Cena y temple para el resto de la composición (ángeles, cortinón y pilastras). Los trabajos de restauración los he llevado a cabo entre noviembre de 2014 y marzo de 2015, tras una ardua labor de fijado de policromía, consolidación del soporte murario, relleno de grietas y reintegración cromática.
Presentaba un estado inicial lamentable, con pérdidas de policromía en un alto porcentaje, oscurecimiento por humo de velas, barridos por escorrentías, grietas en la bóveda y otros problemas derivados en su mayor parte por las filtraciones de agua anteriores a la renovación del tejado.
Todo un reto y una gran satisfacción por devolverle la dignidad a una obra de estas características que cada año es visitada por miles de peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela.
En pleno Camino de Santiago, en la localidad de Fuentesnuevas (León) se halla la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En su capilla norte se encuentra un conjunto pictórico muy interesante fechado en 1742 y que se desarrolla sobre toda la superficie de la bóveda y las pechinas.
Se trata de una pintura mural al seco en la que se representa la Última Cena, con dos técnicas bien diferenciadas: óleo sobre enlucido de cal para la escena de la Última Cena y temple para el resto de la composición (ángeles, cortinón y pilastras). Los trabajos de restauración los he llevado a cabo entre noviembre de 2014 y marzo de 2015, tras una ardua labor de fijado de policromía, consolidación del soporte murario, relleno de grietas y reintegración cromática.
Presentaba un estado inicial lamentable, con pérdidas de policromía en un alto porcentaje, oscurecimiento por humo de velas, barridos por escorrentías, grietas en la bóveda y otros problemas derivados en su mayor parte por las filtraciones de agua anteriores a la renovación del tejado.
Todo un reto y una gran satisfacción por devolverle la dignidad a una obra de estas características que cada año es visitada por miles de peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela.
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